En nuestros días es bastante común ver que los futbolistas sean llevados como héroes, ídolos o ejemplos a seguir. En el 87.3% de los casos son todo menos eso. La verdad distan muchísimo de ser dignos de alguno de esos apelativos, tal vez solo el de ídolos en el sentido estricto de la palabra.
Niños y jóvenes de todas las edades quieren ser como ellos, emularlos a tal punto que hasta se cortan el pelo como ellos, se los tatúan en la piel, se compran sus camisetas, sus zapatos y hasta la ropa interior que promocionan. ¡Hasta escuché que algunos pasan por el quirófano para parecerse a ellos!
Es común también que a cada rato se cambian de equipo como cambiarse calcetines. A veces la lógica dicta estas decisiones, ya sea deportiva o económica. Hace sentidos para ambas partes, jugador y equipo, que haya cambio de escenario. Y no lo puedo juzgar: claro que si me ofrecen cambiarme de trabajo a uno en el que gane el triple de lo que hago me voy. O mejor aún, me voy a de un equipo que lleva 5 ganados y 20 perdidos a uno que lleve 25 ganados me da una mejor chance de salir campeón. Acariciar la gloria si quieren. Los entiendo: yo sería feliz con una medalla internacional en karate.
Pero dentro de ese 12.7% que tal vez se salen de la norma y son buenos ejemplos para la juventud, sobresale uno que acaba de culminar su exitosa carrera EN UN SOLO EQUIPO sin ser transferido ni en los momentos en que el AS Roma ha de haber estado en la calle de la amargura. Es el más laureado de la Serie A en términos personales.
Francesco Totti.
No conozco sus virtudes personales, ni tampoco he sido hincha de la Roma (solo los años que Gabriel era parte del equipo). Pero quiero resaltar una virtud que hoy en día no valoramos o no reforzamos con suficiente énfasis: lealtad. Supe de una vez que el Real Madrid quiso llevárselo a sus filas. De plano ha de haber tenido otras ofertas en su carrera. Pero, así como Derek Jeter, pasó la totalidad de sus años en un solo equipo.
No me hago ilusiones de que sea un santo, o que sea el católico ejemplar (Wikipedia dice que lo es) pero ¿quien de nosotros lo es? Sin embargo, también puedo preguntar: ¿quien puede jactarse de la lealtad que Totti le ha demostrado a su AS Roma? Hay que hacerle ver a los jóvenes hinchas del fútbol que la lealtad vale más que la “gloria” o el billete que se pueda alcanzar en la vida. ¿Quien va a debatirle a Totti que lo es? Ya lo demostró.
Ser fiel y leal a veces nos lleva al dicho tan chapín de “tan mula” o “no se por qué no se pone las pilas”. Y hay que resaltar a una figura pública que demuestra esa virtud tan mal vista porque muchas veces los que los son “no son cabrones”.
Ser leal en el trabajo, en las relaciones, en el deporte, a veces no nos llevará a tener una despedida como la que tuvo Totti, pero fijo algo mejor nos espera.
“… he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.
Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hay aguardado con amor su Manifestación”. (2 Timoteo 4: 7-8).